La resonancia magnética de vejiga plantea un escenario novedoso y abre la puerta a un cambio sustancial en el manejo del cáncer de vejiga, según especialistas de la SERAM

La resonancia magnética de vejiga plantea un escenario novedoso y abre la puerta a un cambio sustancial en el manejo del cáncer de vejiga, según especialistas de la SERAM

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La resonancia magnética (RM) de vejiga plantea un escenario novedoso y abre la puerta a un cambio sustancial en el manejo del cáncer de vejiga, según especialistas de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), como el Dr. Andoni López-Maseda, autor principal del artículo en la revista Radiología: “Aplicaciones clínicas de la resonancia magnética de vejiga: más allá de la clasificación VIRADS®”.

El uso de la RM en la práctica clínica en los casos de sospecha de cáncer de vejiga supone un escenario novedoso en el manejo de los pacientes con neoplasia vesical y por ello, está adquiriendo mucho respaldo científico y muchas sociedades científicas europeas, como la de uro-radiología, lo respaldan. “La Radiología juega un papel muy importante en esta patología, no solo en el diagnóstico, sino en la estadificación, ya que la RM de vejiga está llamada a marcar un antes y un después en el manejo del cáncer vesical, mejorando la precisión diagnóstica, optimizando la toma de decisiones terapéuticas y reduciendo procedimientos invasivos. El futuro apunta hacia un abordaje más individualizado, con la imagen como protagonista en la lucha contra esta enfermedad”, señala el Dr. López-Maseda. Continúa explicando que, “si bien las pruebas de imagen fundamentales para la detección inicial del cáncer de vejiga son la ecografía o la tomografía computarizada (TC), la RM podría reducir la necesidad de múltiples biopsias, disminuir complicaciones y acelerar la elección del tratamiento adecuado”.

Además, comenta el Dr. López-Maseda que “la ecografía suele ser el método diagnóstico habitual inicial en casos que debutan con hematuria, ya que la evaluación inicial consiste en ecografía nefrourológica para tratar de buscar posibles causas de la hematuria. También se encuentran tumores vesicales incidentales en ecografías por otros motivos. Sin embargo, la tomografía computarizada (TC) suele ser el método de detección cuando la clínica urológica difiere de la hematuria macroscópica (dolor, hematuria microscópica, sospecha de litiasis…), y tiene la particularidad de que permite evaluar tanto la vía urinaria superior (importante, ya que no es infrecuente la presencia de cánceres metacrónicos uroteliales en la vía urinaria proximal), como las cadenas ganglionares retroperitoneales y es una fuente importante de diagnósticos incidentales de neoplasias vesicales, dada su elevada solicitud por múltiples motivos.”

La probabilidad de invasión de la capa muscular

También hay que tener en cuenta el factor de la probabilidad de invasión de la capa muscular, que según el Dr. López-Maseda, “es capital, ya que actualmente los pacientes con lesiones superficiales son manejados con resección local (RTU) y, en ocasiones, con terapia intravesical; mientras que los pacientes con tumores vesicales musculoinvasivos son sometidos generalmente a quimioterapia neoadyuvante y posterior cistectomía”.

La evaluación de la probabilidad de invasión de la capa muscular se realiza mediante RM de vejiga y hace años se describió la clasificación VIRADS, la cual gradúa, en función del comportamiento de cada lesión en secuencias T2, difusión (DWI) y post contraste precoz (DCE precoz), la probabilidad de invasión de la capa muscular. Para ello es indispensable disponer de equipos de RM con unos requerimientos técnicos mínimos y una preparación mínima previa del paciente.

Las características principales que influyen en la escala VIRADS (y, por tanto, en la probabilidad de invasión de la capa muscular) son:

  • El tamaño de la lesión
  • La morfología de la lesión (distinguiendo entre lesiones planas o sésiles y pediculadas)
  • Su relación con la capa muscular en las secuencias tanto morfológicas como funcionales (DWI y DCE precoz)

“En muchos casos las lesiones musculoinvasivas no son diagnosticadas como tal inicialmente (por el muestreo insuficiente tras biopsia transuretral o por no haber tomado la muestra del lugar de mayor sospecha de invasión), lo que condiciona un importante retraso en el diagnóstico y en ocasiones el infra tratamiento. De hecho, hoy en día el diagnóstico de lesiones vesicales musculo-infiltrantes o no músculo-infiltrantes se realiza todavía mediante RTU”, explica el Dr. López-Maseda.

“Por otro lado, muchos pacientes con lesiones vesicales son sometidos a varias biopsias (reRTU) con la intención de estadificar bien los cánceres de vejiga previo a decidir los tratamientos. Hemos de recordar que las RTU, pese a ser procedimientos con una buena tolerancia, no están exentas de morbilidad. Es por ello, que la RM de vejiga podría ayudar en el diagnóstico inicial, pudiendo dirigir la zona más sospechosa de infiltración muscular en los pacientes sin antecedente de biopsia”, apunta el Dr. López-Maseda.

Continúa especificando que, “si se confirma el valor predictivo positivo y negativo de la RM de vejiga en la evaluación de invasión muscular, podríamos evitar reRTU en un elevado número de pacientes, ya que la RM de vejiga podría ser suficiente para determinar que un paciente con lesiones VIRADS 1-2 no requiere reRTU para fiarnos de que su lesión no es musculo-invasiva. Además, en casos de tumores localmente avanzados (VIRADS 4 o 5) podría no ser necesaria la realización de una biopsia profunda, evitando potenciales complicaciones de la RTU.”

Por último, “existe la posibilidad de que la RM de vejiga nos permita evaluar la respuesta a la terapia neoadyuvante en tumores vesicales musculoinvasivos. La clasificación Nac-VIRADS fue creada con la finalidad de evaluar si las lesiones tratadas con terapia neoadyuvante siguen presentando componente musculoinvasivo o no. Si se confirma la utilidad de esta escala, podríamos desescalar el tratamiento post-neoadyuvancia a terapia local intravesical en pacientes respondedores o incluso permitiendo la vigilancia activa (evitando cistectomías). Por el contrario, en pacientes con mala respuesta a la terapia neoadyuvante tras los primeros ciclos, podríamos plantear un cambio de línea o un cese del tratamiento, evitando efectos secundarios y toxicidad y favoreciendo un tratamiento más adecuado”, concluye el Dr. López-Maseda.

El 9º cáncer más frecuente en el mundo

El cáncer de vejiga es el 9º cáncer más frecuente en el mundo y España es uno de los países del mundo con una mayor tasa de incidencia reportada. Los factores de riesgo principales son la edad y el tabaquismo (en menor medida de otros tóxicos ambientales). Pese a que en los países europeos se está abandonando el tabaquismo, la población está envejeciendo. Por lo tanto, la incidencia se mantiene más o menos estable. De hecho, España es uno de los países del mundo con una mayor tasa de incidencia reportada del mundo.

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