Nuevos avances terapéuticos en gliomas de bajo grado: la importancia de la resonancia magnética en el diagnóstico y seguimiento tumoral, según expertos de la SERAM
. Los nuevos avances terapéuticos en gliomas de bajo grado resaltan la importancia de la resonancia magnética (RM) en el diagnóstico y seguimiento tumoral, según expertos de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) como la Dra. Amaya Hilario, neuroradióloga del Hospital Universitario 12 de Octubre. “Los nuevos avances en el tratamiento de los gliomas de bajo grado incorporan fármacos que actúan a nivel molecular inhibiendo las enzimas IDH mutantes (inhibidores IDH) y las técnicas de imagen juegan un papel clave en el diagnóstico y seguimiento de estos tumores”.
Los gliomas son los tumores primarios del sistema nervioso central más frecuentes en la edad adulta. Su diagnóstico requiere un enfoque multidisciplinar, en el que intervienen especialistas en anatomía patológica, biología molecular y radiología. “Los avances de los últimos años han permitido clasificarlos de una manera más precisa, combinando datos microscópicos con información genética, lo que ayuda a definir mejor el pronóstico y la estrategia terapéutica” señala la Dra. Hilario. Además, apunta que “los gliomas de bajo grado son un tipo de tumor cerebral que, aunque poco frecuente, supone un importante reto diagnóstico”.
Una nueva clasificación para entender mejor estos tumores
Según la clasificación de la OMS de 2021, los gliomas del adulto se dividen en astrocitomas IDH mutados, oligodendrogliomas y glioblastomas. Dentro de ellos, los gliomas de bajo grado destacan por su crecimiento lento y su mejor respuesta a los tratamientos, especialmente en aquellos casos con mutación del gen IDH, un factor que se asocia a una mayor supervivencia.
La Resonancia Magnética, protagonista
El papel de la resonancia magnética (RM) con contraste es crucial. Considerada la herramienta más eficaz para el diagnóstico inicial, la planificación quirúrgica y el seguimiento de estos tumores.
“Las técnicas avanzadas de RM son capaces de diferenciar tumores de alto y bajo grado e identificar áreas de mayor agresividad, por ello son fundamentales en el diagnóstico prequirúrgico” comenta la Dra. Hilario.
Además, en la evaluación inmediata tras la cirugía se recomienda realizar una RM en las primeras 24–48 horas para determinar el grado de resección tumoral. En el seguimiento a medio y largo plazo, adaptado al grado y al perfil molecular del tumor, se utilizan criterios internacionales RANO 2.0 para evaluar la respuesta al tratamiento.
“Las técnicas de difusión y perfusión, cada vez más extendidas, ayudan a distinguir entre progresión tumoral y cambios derivados del tratamiento, uno de los mayores desafíos en la práctica clínica”, concluye la Dra. Hilario.
