Neurorradiólogos de la SERAM apuntan que la tomografía computarizada y la resonancia magnética tienen valor pronóstico en los traumatismos craneoencefálicos, principal causa de morbimortalidad en pacientes jóvenes

Neurorradiólogos de la SERAM apuntan que la tomografía computarizada y la resonancia magnética tienen valor pronóstico en los traumatismos craneoencefálicos, principal causa de morbimortalidad en pacientes jóvenes

Categoría: Notas de prensa

En el día mundial del cerebro, neurorradiólogos de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) apuntan que la tomografía computarizada y la resonancia magnética tienen valor pronóstico en el traumatismo craneoencefálico, principal causa de morbimortalidad en los jóvenes, dentro del artículo de la revista Radiología “Hallazgos de imagen en el traumatismo craneoencefálico”.

“La Radiología tiene un papel fundamental en la valoración inicial, diagnóstico, manejo y pronóstico del traumatismo craneoencefálico (TCE), especialmente en el trauma grave” apunta la Dra. Amaya Hilario, como primera autora del artículo y neurorradióloga de la SERAM.

En el TCE grave, los dos modelos pronósticos más empleados, basados en los hallazgos de la TC, son la clasificación de Marshall y la de Rotterdam:

  • La clasificación de Marshall identifica a los pacientes con mayor riesgo de hipertensión intracraneal, y divide a los pacientes en 6 categorías en función de la presencia de desplazamiento de línea media, compresión cisternal y lesiones hemorrágicas.
  • La clasificación de Rotterdam surge en 2005, realiza una determinación pronóstica más específica, e incluye la hemorragia subaracnoidea e intraventricular a los factores pronósticos previos de efecto de masa y desplazamiento de línea media.

Dentro de las técnicas de imagen, la tomografía computarizada (TC) es la técnica de elección en la fase aguda del trauma y debe realizarse a todos los pacientes que puntúan <13 en la Escala de Coma de Glasgow (ECG). Permite identificar hemorragia aguda, líneas de fractura y signos de hipertensión intracraneal. Identifica no sólo el tipo de lesión cerebral traumática, sino que define el manejo quirúrgico de los pacientes.

“En los pacientes con TCE grave es necesario realizar TC de control seriados, ya que tienen una mejor correlación con el pronóstico que la TC inicial. Esto es debido a que más del 50% de los pacientes con TCE van a experimentar cambios en la TC, de forma espontánea o tras intervenciones quirúrgicas, y estos cambios son especialmente importantes en las primeras 48 horas tras el trauma” comenta la Dra. Hilario.

En el caso de la resonancia magnética (RM) está indicada en la fase subaguda del trauma y debe realizarse a todos los pacientes con TCE grave y moderado, especialmente cuando los hallazgos de la TC no expliquen la clínica del paciente. Es superior a la TC para la detección de lesión axonal difusa (LAD), lesiones del tronco cerebral, contusiones de pequeño tamaño y lesiones no hemorrágicas.

“Además, la RM detecta hasta un 30% más de lesiones traumáticas que la TC, y tiene sobre todo un valor pronóstico, ya que identifica mejor la lesión axonal difusa (extensión y localización), las lesiones traumáticas no hemorrágicas y las lesiones del tronco cerebral. Asimismo, complementa modelos pronósticos como IMPACT y TRACK-TBI al incorporar los hallazgos de imagen a los factores pronósticos tradicionales”, puntualiza la Dra. Hilario.

Principales lesiones traumáticas intracraneales

1. Lesiones traumáticas primarias:

  • Contusiones corticales: lesión traumática intraparenquimatosa más frecuente; afectan a la superficie cortical y es típica su localización en lóbulos temporales, región perisilviana y orbitofrontal.
  • Lesión axonal difusa: hemorrágica o no hemorrágica; es una lesión traumática difusa asociada a alta morbimortalidad. Se clasifica en 3 grados (Adams & Gentry) en función de la severidad.
  • Lesiones del tronco cerebral: tienen importancia pronóstica; se identifican mejor con RM y se clasifican en: contusión, LAD, hemorragias petequiales múltiples y disrupción pontomedular.

2. Lesiones traumáticas secundarias: edema cerebral difuso, encefalopatía traumática crónica, lesiones isquémicas e hidrocefalia secundarias a herniación cerebral y hemorragia de Duret por herniación transtentorial descendente.

Según la Dra. Hilario, “el traumatismo craneoencefálico es un proceso dinámico que requiere valorar conjuntamente los hallazgos de TC y RM. Los avances técnicos de los equipos de RM están abriendo camino a una nueva clasificación de LAD con una mejor correlación pronóstica basada en los hallazgos de RM”.

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