Gran parte del éxito de la radiología se debe a los avances en TC pero su uso conlleva de forma inherente un aumento de la exposición poblacional a las radiaciones ionizantes siendo los radiólogos y los técnicos los encargados de llevar a cabo el control no sólo de la justificación intentando evitar su realización o sustitución por otras técnicas alternativas en población de riesgo sino también a nivel general el de la optimización de la dosis bajo el precepto ALARA. Los autores nos recuerdan e hacen hincapié en la necesidad de ajustar los protocolos al tamaño de los pacientes, y describen de forma didáctica diferentes parámetros sobre los que podemos actuar. Destaca la explicación de conceptos con los que no estamos tan familiarizados como el sobrescaneo (overranging) y la sobrexposición (overbeaming) así como la descripción de detalles asociados a la tipología de estudios cardiacos sin y con sincronización así como al empleo de energía dual al tiempo que comenta el estado actual de la recomendación sobre uso de protectores.

El artículo finalmente comenta las bases de la estimación de riesgos asociados a exposición en pruebas de TC y los cambios derivados de los ajustes asociados a los ponderadores empleados para diferentes tejidos tras las modificaciones introducidas por la IRCP.

Resultan de interés para comparación local y auditoría la tabla de valores de niveles de dosis de referencia empleados en las exploraciones más habituales.

PUNTOS DÉBILES:

• Artículo antiguo que no tiene en cuenta novedades tecnológicas cómo TC de contaje de fotones o reducciones de ruido basadas en inteligencia artificial.

PUNTOS FUERTES:

• Exposición didáctica y sistemática de las bases de la dosimetría en TC y los determinantes sobre los que se puede actuar para minimizar la exposición siendo de gran interés para aquellos con menos experiencia o facultativos en formación.

Dr. Luis Concepción

Editor de la sección de Seguridad, gestión y calidad