Estudio de revisión interesante que trata sobre la paniculitis mesentérica (PM) y su posible asociación con enfermedades malignas.

Después de un breve capítulo introductorio donde se exponen todos los sinónimos de esta entidad, el artículo expone las tres atapas por las que pasa la PM: una primera de degeneración del tejido adiposo (lipodostrofia mesentérica) ; una segunda de inflamación de la grasa (PM) y una tercera donde predomina la fibrosis (mesenteritis retráctil).

Es de destacar en el capítulo de anatomía patológica las distintas formas de presentación, siendo la más frecuente la masa única y también el diagnóstico diferencial con los tumores fusocelulares (como el GIST o la fibromatosis) y con otras entidades que pueden afectar al mesenterio (inflamatorias, infecciosas, tumorales no fusocelulares) y con otras causas de edema mesentérico.

En los hallazgos por imagen, que son la clave del diagnóstico, las pruebas principales parecen ser:

• El TC: los criterios más usados son los clásicos de Coulier, de 2011. Son 5.
• El PET o PET-TC: la captación (SUV > 3) orienta a malignidad, con un valor predictivo negativo (VPN) del 100%.

Pero sin duda, los capítulos más desarrollados son los dedicados a la etiología-patogenia y a la posible relación de la PM con las neoplasias.

La causa de la PM permanece desconocida, aunque se destaca la importancia de sustancias pro-inflamatorias como las adipocitocinas.  También se ha postulado una asociación con las enfermedades autoinmunes y existen además algunas otras teorías como el efecto de una cicatrización anormal e isquemia mesentérica postquirúrgica.

En cuanto a la relación con las neoplasias, se puede concluir que es un tema controvertido que aún no está claro. Si bien algunos estudios hablan de una asociación clara con la patología tumoral (hasta un 69,4% en algunos estudios y un riesgo > 5 veces de tener una neoplasia en pacientes con PM, siendo los cánceres más relacionados los linfomas, tumores del tracto gastrointestinal y genitourinarios), lo cierto es que hay un metaanálisis que concluye que no existe tal asociación entre los tumores y la PM, e impresiona más de ser un epifenómeno (por la mayor cantidad de TC que se suelen hacer los pacientes tumorales con respecto a la población general), que un verdadero fenómeno paraneoplásico.

El estudio concluye que, si bien la etiología de la PM no está clara, parece una condición de fondo inflamatorio-fibrótico con una prevalencia aproximada del 0,6 – 2,4% en la población general, que cada vez es un hallazgo más frecuente e incidental y que el mayor problema es que no está claro si se requiere un estudio o seguimiento adicional y en ese caso qué estudio sería el más adecuado. El misterio continúa…

PUNTOS FUERTES:

• Es un estudio de revisión bien realizado.
•  Muy trabajado los capítulos de etiología-patogenia y la posible asociación con neoplasias, que es la clave de la importancia de esta entidad.
• Aporta esquemas e imágenes más que suficientes para complementar el texto.

PUNTOS DÉBILES:

• Plantea buenas preguntas, pero menos respuestas cómo en su opinión cuándo se debería seguir a una PM, con qué regularidad y con qué técnicas.
• Quizás se podría hacer alguna aportación suplementaria (serían opiniones, pero muy válidas dado que se ve que han trabajado mucho el tema) y que ayudaría mucho en la práctica diaria de los radiólogos como algún tipo de método “semicuantitativo” para la valoración de la PM. Por ejemplo: el aumento de densidad de la grasa mesentérica debe ser superior a la grasa retroperitoneal adyacente, pero ¿cuánto?. ¿sólo un poco?; ¿mucho?. ¿a partir de cuántas UH se podría afirmar que hay PM?. Proponer estudios futuros que nos puedan ayudar en esta entidad tan compleja como frecuente …

Dr. Vivancos Garbayo

Responsable de la sección de abdomen (SEDIA)